
Cuando recién conocí a la Javi y comenzamos a trabajar; cuando hacer un libro juntas era apenas un lindo sueño por el que ambas suspirábamos; cuando bebíamos toneladas de café (yo) y agüitas de hierba (ella), mientras fumábamos como descerebradas (ambas) tratando de cuadrar el círculo de sus dibujos y mis cuentos; cuando nos sentábamos al sol a espantar la humedad de los miedos, cuando ella creía todo el tiempo y yo dudaba tenazmente, por ese entonces digo, en algún momento pretendí estimar el costo de cada hora de trabajo, considerando media jornada laboral y sumándole al total obtenido, el transporte, la colación y los materiales que necesitaríamos. Frente a las extravagantes sumas que yo iba mencionando en voz alta, la Javi –cuando por fin logró controlar su ataque de risa- fue hasta el impecable escritorio donde trabaja y me trajo su calculadora.
Entonces fui yo quien sonrió. “El palito atravesado es porque se ha ido soltando con el tiempo y si no lo coloco no se ven los números, pero calcula perfecto”-dijo la Javi , hablando de su calculadora y revelándome más rincones de sí misma, que todas las conversaciones que hasta entonces habíamos tenido. Yo casi me pongo a llorar de emoción. Ver la pequeña calculadora, sobreviviente de tiempos remotos; esa incansable compañera que ha auxiliado a Javiera desde cuando le volaban las mechas colorinas anudadas en dos chapes y luego tomarla en mi mano y descubrir que pese a los porrazos vitales, sigue en pie (digna, serena y humilde), fue la señal que necesitaba para espantar cualquier duda: pese a nuestras diferencias, ni Javiera ni yo tiramos a la basura lo que todavía sirve, aunque no sea moderno ni esté a la moda. Confieso que dediqué el resto de la tarde a celebrar el hallazgo. ¿Cómo no iba a celebrar? Acababa de descubrir que ninguna de las dos le pide a las cosas que sean perfectas, pues por distintos caminos hemos llegado a la misma conclusión, que tan bien resume la filosofía Wabi Sabi: “Hay una hendidura en todas las cosas. Así es como entra la luz…”.
Que buena frase la del cierre!
ResponderEliminarWalter